viernes, 23 de octubre de 2009

Concejos de seguridad

Aspectos de seguridad, protección, energía y radiación



Debido a los principios de funcionamiento del TRC, la energía eléctrica consumida por el monitor es tanta o más que la consumida por el resto del PC. Por ello han surgido estándares que afectan al consumo de energía exclusivamente dedicados al monitor. La agencia de protección medioambiental americana (EPA) lanzó un programa llamado Energy Star, que permite certificar los PC y monitores que siguen una serie de normas que aseguran un apropiado consumo de energía.


Otra iniciativa, presente en la mayor parte de los monitores actuales, es el protocolo DPMS (Display Power Management System), un sistema de administración de la energía consumida por el monitor. DPMS permite que ciertos subsistemas del monitor se desactiven tras un cierto periodo de inactividad, consiguiendo reducir el consumo considerablemente. El sistema operativo debe soportar esta característica. Cuando se detecta inactividad durante cierto periodo de tiempo, el sistema operativo envía una señal al monitor, pasando a un modo de bajo consumo. En muchos monitores, existe incluso un modo en el que el monitor se desconecta completamente, ahorrando mucha energía. Cuando se detecta actividad de nuevo, el sistema operativo envía una señal al monitor para retornar al estado normal de trabajo. El único inconveniente de los sistemas DPMS reside en una posible configuración inapropiada: si se conmuta el estado con excesiva frecuencia, los componentes internos resultan afectados, reduciendo la vida útil del monitor (por ejemplo, esto podría ocurrir si se indica pasar a bajo consumo tras sólo un minuto de inactividad).

Las zonas sensibles de la pantalla, tras ser iluminadas de forma continuada, pueden sufrir daño. Esto es particularmente cierto cuando una imagen permanece estática en la pantalla durante un tiempo prolongado: los mismos puntos de la pantalla están siendo activados continuamente. Si se llega al punto de deteriorar la pantalla, quedarán secuelas de la imagen que ha causado el problema, incluso cuando el monitor está apagado. Como solución a este problema, nacieron los salvapantallas que, básicamente, son programas que muestran imágenes en movimiento (o ninguna imagen en absoluto) tras cierto periodo de inactividad, evitando a toda costa cualquier imagen estática que pueda producir daños. En realidad, el deterioro de la pantalla era común en los antiguos monitores monocromos, pero apenas ocurre en los monitores modernos. Por tanto, los salvapantallas no son realmente necesarios. De hecho, se han convertido en elementos de entretenimiento, e incluso algunos llegan a mostrar imágenes totalmente estáticas.

De nuevo, debido a la forma de trabajo del monitor, produce emisiones electromagnéticas que -teóricamente- pueden causar daño a los usuarios que permanecen frente al PC un gran número de horas. En consecuencia, también han surgido estándares para la fabricación de monitores con bajos niveles de emisión electromagnética. La pregunta clave es: ¿causan daño, realmente, dichas emisiones? No existe un verdadero acuerdo entre las industrias de la salud y la informática, por lo que la cuestión queda abierta. En cualquier caso, el mejor consejo es la prudencia: evitar trabajar excesivamente cerca del monitor.

En cuanto a los aspectos de seguridad, no hay que olvidar que el monitor trabaja con tensiones eléctricas muy elevadas, que pueden causar graves daños al ser humano, e incluso la muerte. Este peligro permanece incluso después de haber desconectado el monitor, ya que se emplean multiplicadores de tensión basados en condensadores (léase, almacenes de tensión). Por todo ello, es muy importante no abrir la cubierta del monitor para trabajar sobre su interior.


Cualquier trabajo sobre los componentes internos debe ser realizado por personal técnico cualificado.

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