viernes, 23 de octubre de 2009

MONITOR

*Componentes de un monitor*


Aunque su funcionamiento es simple desde el punto de vista del usuario, el interior del monitor encierra un sistema complejo. El componente estrella (y el más costoso) es el tubo de rayos catódicos. Éste contiene varios cañones, cuyo cátodo genera electrones, que son acelerados -a través del ánodo- hacia un material fosforescente (la pantalla). El cañón barre toda la pantalla, enfocando cada zona sensible y lanzando un haz de electrones con una cierta intensidad.



La pantalla está formada por una serie de zonas sensibles fosforescentes (píxeles), que al ser excitadas por los electrones, emiten radiación visible hacia el usuario. La intensidad de los haces de electrones condiciona la luminosidad de cada píxel, mientras que la composición del fósforo determina su color.


Tras ser excitados, los puntos sensibles de la pantalla son capaces de emitir radiación visible solamente durante un corto periodo de tiempo. Por ello, dichos puntos deben ser excitados de nuevo (léase, refrescados). Esto se consigue realizando el proceso de barrido multitud de veces por segundo. Si la frecuencia de refresco es apropiada, el usuario percibirá una sensación de continuidad de la imagen en el tiempo. En cambio, si dicha frecuencia es demasiado reducida, la pantalla deja de emitir radiación luminosa entre refresco y refresco, haciendo que el usuario perciba un parpadeo en la imagen. Por otra parte, si la frecuencia de refresco es demasiado elevada, el usuario no va a percibir ninguna ventaja (no hay que olvidar que el ojo tiene su propia frecuencia de muestreo para capturar imágenes) y, además, se requerirá un elevado ancho de banda entre la tarjeta de vídeo y el monitor para mover tanta información por segundo. Por tanto, la elección de la frecuencia de muestreo está sujeta a un compromiso.

El TRC está gobernado por un circuito controlador. Éste recibe las señales analógicas procedentes de la tarjeta de vídeo y controla al TRC en consecuencia, haciendo que las imágenes se formen sobre la pantalla.


El monitor también dispone de componentes de interfaz con el usuario, que se materializan en forma de controles situados en el exterior del monitor. Estos también se hallan conectados al circuito controlador del monitor, que es quien se encarga de hacer efectivas las órdenes del usuario. Los controles del monitor permiten modificar parámetros como el brillo, el contraste, etc.



Respecto al suministro de energía eléctrica, el monitor es el único componente estándar del PC que dispone de su propia fuente de alimentación. Algunos equipos disponen de un zócalo extra, que permite conectar el cable de alimentación del monitor directamente sobre el PC. Esto no significa que el monitor reciba energía de la fuente interna del PC. En realidad, el PC deja pasar su alimentación de corriente alterna -procedente de la red eléctrica- hacia el monitor. La ventaja radica en que, al conectar/desconectar el PC, el monitor se conecta/desconecta automáticamente. Otro aspecto fundamental es la interfaz con el PC, que permite a la tarjeta de vídeo enviar las señales analógicas necesarias para el gobierno del monitor.



Todavía queda por introducir un último componente: la cubierta del monitor. En el caso del monitor, su papel protector es importante, ya que, como se ha dicho antes, oculta un hardware peligroso para el usuario. Además, hay que recordar que los componentes internos del monitor generan una gran cantidad de calor. Por ello la cubierta contiene multitud de ranuras, que aseguran una correcta ventilación. Es importante evitar la obstrucción de dichas ranuras; de lo contrario, el monitor podría calentarse en exceso y acabar averiándose.

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